Aportaciones educativas de las teorías conductistas
Los principios que emanan de estas teorías conductistas parten del hecho de que los seres humanos estamos expuestos a diversos condicionamientos del medio externo llamados estímulos; lo que permite generar aprendizajes y con ello modificar o reforzar una conducta deseable.
En este enfoque el alumno es un repetidor o reproductor de conocimiento, el cual asume un rol pasivo al adquirir hábitos o conductas diseñados desde el exterior. Por lo tanto el maestro tiene que estar entrenado para diseñar los mecanismos que le permitan lograr los aprendizajes, y para obtener el éxito tendrán que ser reforzadores positivos que aseguren la reproducción de éstos. Tendrá que ser un administrador de las contingencias.
La meta educativa es modificar la conducta para reproducir los resultados esperados.
¿Qué aplicación tiene en el hecho educativo?
Aunque estos principios buscan moldear la conducta; es rescatable cuando se habla de formar hábitos en los seres humanos mediante el condicionamiento, asociación o la imitación. Un ejemplo de ello, es que los niños de 1 a 3 años suelen ser muy agresivos; por lo tanto tendrán que desaprender la agresividad ya sea mediante un premio o un castigo; o bien mediante la imitación.
Podemos decir que estos principios sin son dirigidos conscientemente pueden permitir "la formación del carácter", pero no el pensamiento.
Aportaciones educativas de las teorías, la cognitiva y la constructivista.
Estas teorías de enseñanza-aprendizaje sustentan,
entre otras, al enfoque constructivista como un proceso de construcción del
aprendizaje donde el alumno es capaz de aprender al estar en contacto con la
realidad como lo menciona Piaget, pero, existen conocimientos que requieren la
participación de los adultos para guiar el conocimiento como lo describe
Vygoski. Por otro lado, para enseñar y aprender se solicita que los contenidos
sean presentados de manera lógica, psicológica y afectiva para que sean
desarrollados por los alumnos, según Ausubel. La suma de estos principios
genera entonces una nueva visión en el aprendizaje, enseñanza y evaluación.
De esta
manera, el aprendizaje es una organización personal de los esquemas de
conocimiento del alumno que le permitan actuar en la realidad, de tal forma que
el alumno sea el constructor o productor activo de conocimiento con la finalidad de resolver problemas y
tomar decisiones.
“El aprendizaje no es un proceso pasivo y
receptivo sino un proceso activo de elaboración de significados. Es la
habilidad de llevar a cabo una complicada tarea cognoscitiva que requiere la
utilización y la aplicación de conocimientos para resolver problemas de
significado”
Se enfatiza que el alumno
es quien debe asumir la responsabilidad de su propio aprendizaje, como
requisito para lograr una mejor comprensión de los contenidos propuestos,
aprender a aprender sería la síntesis de esta propuesta. Aprender a aprender
implica “la capacidad de reflexionar en la forma en que uno aprende y actuar en
consecuencia, controlando el propio proceso de aprendizaje” Los alumnos tendrán,
entonces, que asumir su compromiso de aprender, ubicando debilidades y
fortalezas para reparar y así finalizar satisfactoriamente.
Como se observa, el
constructivismo propone la autogestión como forma idónea de construir los
propios aprendizajes.
La enseñanza se visualiza
como el proceso de construcción de significados y sentidos, poniendo al alumno
en situaciones para orillarlo a realizar un esfuerzo de comprensión y actuación
que le posibilite enfrentar los retos y desafíos. Para ello, se demanda a un
profesor que cumpla múltiples funciones, entre las que se encuentran: mediador,
organizador y facilitador del conocimiento, para orientar y guiar el proceso de
aprendizaje a través de la retroalimentación, sugerencias y modelos; así como
el de articular los contenidos previos del alumno y los nuevos conocimientos.
Para el logro de tales propósitos,
el docente desarrollará:
a) Estrategias cognitivas dentro
de un contexto cotidiano, escolar y profesional, enfocado a la resolución de
problemas reales, porque el conocimiento no se da de manera aislada, sino como parte de la realidad
misma y de manera colaborativa.
b) El conocimiento de las características
de sus estudiantes: sus ideas previas, su capacidad de aprender, sus
motivaciones personales, hábitos de estudio, estilos de aprendizaje, situación
socioeconómica etc.
c) La capacidad de planear,
desarrollar y valorar una situación didáctica. Planear una sesión a partir del
perfil de los estudiantes seleccionando métodos, recursos y materiales
didácticos adecuados, tanto para los contenidos como para los educandos. En el
desarrollo de la sesión asumirá el liderazgo mediante la comunicación,
aplicación de dinámicas etc. Valoración de los actores que interactúan en la
clase en un ambiente de empatía, asertividad y responsabilidad. Evaluador de la
sesión a través de la retroalimentación.
Estas teorías se presentan como una alternativa del conductismo, pues implica romper con los paradigmas que situaban al docente como el eje del proceso de la enseñanza-aprendizaje; y donde lo importante era domesticar las conductas indeseables; hoy se vislumbra una nueva forma de hacer el aprendizaje; donde el estudiante con todas sus capacidades cognitivas, procedimentales y actitudinales puede participar en la construcción de nuevas utopías.